Bueno, os voy a poner una poca información sobre este día, siempre viene bien aprender cosas nuevas....
El próximo viernes 9 de octubre se celebra el Día de la Comunidad Valenciana, una festividad cuyo origen es reciente, de 1976, pero que se basa en otra mucho más antigua que afectaba sólo a la capital. Veamos por qué.
Entre los años 1232 y 1245, en plena Reconquista contra los musulmanes, Jaime I de Aragón les arrebató los reinos de taifas de Balansiya y Denia, constituyendo un nuevo reino, el de Valencia, que incorporó a la Corona de Aragón. Precisamente en la conmemoración de su entrada en esta última ciudad (1238) hay que buscar el nacimiento de la festividad. Posteriormente el territorio experimentó una serie de alteraciones mediante la Sentencia Arbitral de Torrellas, por la que en 1304 el aragonés Jaime II el Justo devolvía a Castilla la mayor parte del Reino de Murcia a cambio de quedarse con Alicante, Eleche, Orihuela, Elda y Caudete, y el Tratado de Elche, que obligaba a devolver también Cartagena. Finalmente la región quedó establecida como hoy la conocemos en 1851.
Decíamos que la festividad regional nació de la local. Ya desde 1338 se empezó a recordar el primer centenario de la conquista con una procesión en la que se paseaba el Estandarte Real y, de paso, se pedía a San Dionís (San Dionisio), patrón local, que pusiera solución a la hambruna que asolaba el reino. El evento se institucionalizó año tras año, siglo tras siglo, con la única excepción del reinado de Felipe V y las trabas parciales puestas por la dictadura franquista, hasta que con la llegada de la democracia se oficializó como Día de la Comunidad, en 1976.
Si reservas un vuelo a Valencia podrás disfrutar de los actos festivos, que comenzarán el jueves 8 con el Festival Internacional de Pirotecnia, habitualmente en el cauce del Turia. La jornada siguiente empieza siempre en la Generalitat con una entrega de distinciones a personalidades valencianas. A continuación se lleva a cabo la Procesión Cívica de la Senyera: la bandera regional (sobre fondo amarillo, cuatro barras rojas y una banda azul con corona), de 1928 porque la anterior, del siglo XVI, estaba muy deteriorada, es bajada cuidadosamente por el balcón del Ayuntamiento (ya que no puede inclinarse ante nadie, según la tradición) y llevada por las calles en procesión hasta la Catedral desde donde, tras un Te Deum, se traslada hasta los pies de la estatua de Jaime I (en la plaza de Alfonso el Magnánimo) para una ofrenda floral; luego regresa al Consistorio. Cuidado dónde eliges hotel porque una mascletá (traca pirotécnica) indica el final de los actos.
¿Final? No, en realidad, porque aún falta hablar de una vieja costumbre culinaria: la mocadorá. En traducción literal significa pañolada, y es que consiste en un pañuelo de seda atado por sus esquinas que contiene mazapanes. Como los Decretos de Nueva Planta establecidos por Felipe V prohibían las mascletás, los valencianos empezaron a obsequiar estos dulces a los que daban forma de cohetes… y también eróticas, pues la mocadorá se regala a la novia por ser este día San Dionís, patrón valenciano de los enamorados, alguna de las delicias tienen nombres sugestivos como Piruleta y Tronador. Luego se añadieron otros con aspecto de hortalizas.
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